lunes, 27 de enero de 2014

EL LOBO DE WALL STREET

A ver qué digo yo... A mí me pareció un peliculón, pero claro, es mi humilde opinión, y he visto de todo ya, hasta mujeres de la tercera edad abandonando indignadas la sala. Por eso esperé un poco antes de colgar esta crítica: quería tantear lo que opinaban otros, no fuera a ser que me pasara ensalzándola y luego la gente protestara por recomendar algo así (me hace ilusión pensar que alguien me lee; dejadme, soy feliz).

Intentaré ser lo más objetiva posible, pues.

Empecemos por el público al que va dirigida, el target: gente joven, sin duda. Aquí hay sexo, drogas y nada de Rock&Roll, aunque de lo otro hay mucho para compensar. Y lenguaje soez lo que queráis y más. Me encantó, para qué negarlo. Como historia real, no han edulcorado ni una pizca, y eso siempre es de agradecer. La vida del protagonista era así, por tanto, ¿para qué ocultarlo? Perdería parte de su encanto.

Si lo vemos todo a la luz de la moralina, nos parecerá execrable lo sucedido. No voy a negar que echo en falta una moraleja, y, sin embargo, volvemos a lo mismo: es una historia real. Sucedió así, punto. No se puede pedir que haya justicia humana o divina dando ejemplo en una película cuando en la vida real las cosas sucedieron como sucedieron. Hombre, la jugada no le salió redonda del todo, estaría bueno... Entonces no habría película que ver, que ya se encargaría él de no soltar prenda nunca.

Cuando me encuentro con una historia así, no me da por echarme las manos a la cabeza por más que yo no comparta su filosofía de vida, ni la envidie tampoco, que alguno habrá que lo envidie. Para gustos, los colores. Yo estas historias las disfruto sin más. Son mal hablados, se drogan cada dos minutos, hacen burradas cada tres, estafan a todo el mundo, y aún así me caen bien, y es porque yo adoro su sentido del humor, que es lo único que me parece lícitamente envidiable de, sobre todo, el personaje principal, y por ende de la persona real que hay tras él.

Tiene escenas que, quieras o no, te vas a reír, siempre que no seas de los que se están santiguando a los cinco minutos de empezar la película.

Ojo a la calificación: no está recomendada para menores de 16 años. Cuidado con lo que ven las mentes moldeables de la casa, que la visión que se da de las cosas es más bien una apología en toda regla, y como tal no me gusta, ahora como película para adultos con juicio propio que entienden que estamos ante la vida real de un hombre, lo dicho: un peliculón. No sé qué pensarán otras personas, pero yo soy de la opinión de que no tienes que compartir lo que se cuenta para que te guste cómo se cuenta. Al pan, pan, y al vino, vino. Y sí, le doy mucha importancia al hecho de que está basada en la vida de un hombre de carne y hueso. Que sea real cambia radicalmente mi juicio sobre ella, ya que simplemente es una exposición de acontecimientos. Nos gustarán más o menos, pero no podemos negarlos. Si no, yo sería la primera que me opondría a que se diese una visión tan "buena" de las drogas y demás, ya que creo que las historias ficticias deben entretener pero también deben abstenerse de animar a la gente a hacer según qué cosas. En cambio, en las historias basadas en hechos reales... Ahí ancha es Castilla. Es más, que no nos oculten nada de nada.

Por supuesto, tal y como anticipaba ese Globo de Oro que esperemos que respalde después un Óscar, papelón de Di Caprio. Incluso me gustó su doblaje. Tiene mérito también el actor que se encargó de él, todo hay que decirlo.

El conjunto, impresionante.

Nota: sobresaliente.






El lobo de Wall Street

Crimen, Comedia NR-16
  • Director: Martin Scorsese
  • Actores: Jon Favreau, Matthew McConaughey, Jonah Hill, Leonardo DiCaprio
  • Distribuidora: Universal Pictures
  • Estreno: 17 de Enero de 2014
  • Duración: 180 minutos

Sinopsis

El prestigioso cineasta Martin Scorsese ha llevado a la gran pantalla la historia basada en hechos reales del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio). Empezando por el sueño americano, hasta llegar a la codicia corporativa a finales de los ochenta, Belfort pasa de las acciones especulativas y la honradez, al lanzamiento indiscriminado de empresas en Bolsa y la corrupción. Su enorme éxito y fortuna cuando tenía poco más de veinte años como fundador de la agencia bursátil Belfort le valió el mote de “El lobo de Wall Street”.Dinero. Poder. Mujeres. Drogas. Las tentaciones abundaban y el temor a la ley era irrelevante. Jordan y su manada de lobos consideraban que la discreción era una cualidad anticuada; nunca se conformaban con lo que tenían.

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